
Cuando sucede una circunstancia extrema o una crisis global como nos está sucediendo en este 2020, se pone en juego nuestra capacidad individual de adaptación a los cambios pero sobretodo sale a la luz nuestro nivel de empatía y sentido de comunidad.
“Comunidad” entendida como ese hilo invisible que nos une porque a todos nos interesa hacerle frente a la misma cosa, en estos días "esa cosa" pone en jaque nuestra salud sin importar raza, edad, cuenta bancaria.
Mientras sucede tanta enfermedad, distancias, encierro, cansancio y preocupaciones, les quiero compartir algo que escribió una maestra y asistente espiritual de hospitales y hospicios hace unos días y que se hizo viral.
Creo que el texto me atrae por su utopía dentro de la distopía.
“Tiempo de transformación”.
Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba. Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía. Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban. Algunos rezaban. Alguno bailaban. Algunos hallaron sus sombras.
Y la gente empezó a pensar de forma diferente. Y la gente sanó. Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón, la Tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados.
Kitty O-Meara.
Y tengamos presente que "ésto también pasará" así que intentemos transitarlo pensando qué enseñanza nos deja, dónde es que tenemos y debemos hacer el propio "click" mental y evolucionar a una mejor versión de uno mismo..
Abrazo,
Tone.
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