Los inconvenientes o los aciertos que se generan en las relaciones y en las conversaciones en nuestra vida personal o profesional, tienen que ver (sin duda) con saber (o no), escuchar.
La otra persona (por más conexión que tengan) no parte del mismo lugar que vos pensando, hablando ni escuchando que vos (y al revés).
Saber escuchar es un arte, y uno que da real y valiosa información para conocer, saber y entender, qué hacer, cómo seguir, por dónde avanzar.
Las palabras que elegís, cómo las combinás, el tono en el que lo decís, los tiempos verbales que empleás, qué preguntas hacés, las respuestas que das, el lenguaje corporal, todo en un nivel más o menos consciente, es escuchado, percibido, tenido en cuenta por el otro.
En área personal y con nuestras marcas, ponerse en modo “real escucha” suma, suma y suma. Estar donde estás, no scrolleando, no pensando en la reunión de mañana ni en la fiesta del sábado, genera abundancia y riqueza de información para poder conocer y decidir. Para poder mejorar la comunicación.
Saber preguntar y estar atento a la respuesta eleva la conversación, con amigos, familia, clientes, públicos potenciales y eso es lo que marca la diferencia, lo que nos hace conectar en todos los niveles de la vida.
¿Estarás generando buenas conversaciones?
Pensalo!
Abrazo, Tone.
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